martes, 5 de junio de 2018

Carta de recomendación.


Martes, 5 de Junio de 2018

Buenas tardes, Antonio:

Te escribo para recomendarte un libro que he leído recientemente. Se titula Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos de Rodrigo Muñoz Avia. 

Trata sobre un padre de familia, Rodrigo Montalvo, que cuenta un poco sobre su vida antes y después de acudir a psiquiatras, psicólogos y otros especialistas en el tema de enfermedades mentales.
Explica que era una persona normal y corriente, feliz, y que tras un malentendido de repente resultó ser disléxico, obsesivo, depresivo y con miedo a la muerte. ¿Cómo una persona con tan buena vida, un buen trabajo, una mujer, unos hijos y un gato que le adoran, acaba con tales problemas? ¿Desde cuando están ahí sin él ni siquiera saberlo? 
Siempre con humor, trata de hacernos entender el duro proceso de una persona teóricamente afectada mentalmente. Rodeado de su familia, en la que algunos entienden su situación y otros quizás menos, y de una comunidad de vecinos cuanto menos disfuncional, nos da lecciones a lo largo de la lectura que sin duda nos ayudarán de una manera u otra en diferentes aspectos de nuestra vida. ¿Podemos sentirnos infelices simplemente por el hecho de no sentirnos felices? 

Te recomiendo muchísimo dicha lectura ya que la moraleja es muy útil y te hace reflexionar además de replantearte diversas situaciones que día a día vivimos. Y si al final te decides por leerlo, ya me contarás que te ha parecido y si te ha gustado tanto como a mí. 

Aquí te dejo un enlace donde puedes hacerte con él: 




Un cordial abrazo

Vanessa

      

martes, 22 de mayo de 2018

Luigui, el italiano cocinero.

Érase una vez un italiano llamado Luigui. A sus 9 años de edad ya sabía cocinar platos de todo tipo, desde un sencillo arroz con verduras a un complejísimo plato de espaguetis a la carbonara. Bueno, quizá no es tan complejo, pero la salsa carbonara no es nada fácil de conseguir. 
Sus padres eran unos italianos un tanto peculiares. No les gustaba nada la cocina italiana y precisamente por ello prohibían a Luigui que cocinara sus sabrosos platos. 
A medida que fue creciendo, Luigui se adentraba más en las entrañas de las comidas típicas italianas y adquiría conocimientos tales como el del mismísimo Franchesco Viazzi, un famoso chef, ya entrado en años, que era conocido internacionalmente por sus maravillosos platos con ingredientes totalmente secretos que el chico descubría solo con olerlos. 
Cuando cumplió 19 años, cansado de que sus padres no aceptaran su vocación, se marchó de casa, sin intención de volver, consciente de que no tenía ningún sitio a donde ir.

 -No necesito vuestro techo lleno de reproches,- dijo antes de salir por la puerta de la vieja casa donde vivía- algún día seré una persona reconocida y os arrepentiréis de no haberme querido tal como soy.

A la mañana siguiente, Luigui se encontraba solo en un banco, sin nada para comer, muerto de frío por la helada noche de invierno que había pasado sin una triste manta que lo arropara.

   -Oye, ¿tú no eres Luigui Trulli?- escuchó de repente entre el chascarreo continuo que hacían sus dientes.
   -Ese mismo.
   -Encantado, yo soy Valentino, vivo por aquí cerca. Bueno, tan cerca que vivo en éste mismo banco.

Valentino era un vagabundo que perdió todas sus riquezas en un campeonato contra Franchesco Viazzi. Ya nadie se acuerda del viejo Valentino, pero en su día tuvo un restaurante llamado La vie est belle que tenía tanta lista de espera como hielo tiene el antártico. Los dos con tanto frío se pusieron a hablar durante horas, Luigui contándole sus penas y Valentino ansioso de darle su ayuda. 
Con mucha ilusión, los dos decidieron partir, y con el poco dinero que tenía Luigui, compraron los ingredientes básicos para cocinar algunos platos sencillos pero a su vez exquisitos y venderlos en plena calle.
Muchos chefs famosos compraron en su humilde banco con una mesa y un mantel viejo algunos de estos platos. Todos y cada uno de ellos reconocían no haber probado nunca algo igual, tan sabroso y peculiar.
Poco a poco, estos dos amigos, recaudaron una gran cantidad de ganancias. Su calidad de vida iba mejorando por momentos, cada vez tenían más clientes, restaurantes importantes les querían en sus cocinas, cada vez les conocía más gente y más gente quería trabajar con ellos.
El día definitivo llegó cuando de repente, entró por la puerta de aquel restaurante donde ahora trabajaban, el gran Franchesco Viazzi. Les ofreció irse con él al sur de Italia, ser un equipo.
Luigui y Valentino no podían creer lo que habían conseguido. Luigui iba a ser por fin un chef internacional al nivel de su gran ídolo y Valentino iba a recuperar su prestigio.

Todo salió a pedir de boca. Sus sueños, por una pequeña casualidad, se hicieron realidad.



martes, 8 de mayo de 2018

He aprendido a hacer un blog.

Hoy, día 8 de Mayo de 2018, mi profesor Antonio nos ha enseñado a hacer un blog.

Mis compañeros/as y yo estudiamos en la escuela de adultos CEPA Caligrama, y él nos enseña lengua. Una de las actividades de su clase es ésta. No ha sido complicado, aunque a ninguno nos entusiasmaba la idea. 
Ya llevaba unos días avisando de que vendríamos al aula mentor para ejecutar la actividad y poco después de empezar la clase, nos ha invitado a bajar a dicha aula. Una vez allí hemos encendido los ordenadores y nos ha explicado que esta plataforma esta vinculada a Google, por lo que ha sido sencillo iniciar sesión con nuestra cuenta de Gmail. A mí me ha propuesto sentarme en el asiento del profesor para servir de ejemplo, y así lo hice. A partir de aquí todo está claro, el blog está listo.

El blog también sirve para Ciencias Sociales:

''Felices años veinte (1919-1929)''


Carta de recomendación.

Martes, 5 de Junio de 2018 Buenas tardes, Antonio: Te escribo para recomendarte un libro que he leído recientemente. Se titu...